Con mensaje entre líneas, Petro vuelve a ‘coquetear’ con la reelección presidencial

Con un mensaje publicado en su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro reabrió el debate sobre la reelección presidencial en Colombia, una discusión que había sido zanjada constitucionalmente desde 2018.

Esta vez, el mandatario no lo hizo desde una propuesta formal, sino al compartir los resultados de una encuesta que lo ubica por encima de otros expresidentes en términos de respaldo ciudadano, un gesto que ha sido interpretado como una insinuación velada sobre su permanencia en el poder.

La medición, elaborada por las firmas Guarumo y EcoAnalítica entre el 21 y el 26 de abril, muestra a Petro en el primer lugar de un hipotético escenario de respaldo a candidatos sugeridos por expresidentes, con un 25,5%, por encima de Álvaro Uribe (21,9%) e Iván Duque (7%). A partir de ese resultado, el jefe de Estado no solo celebró los números, sino que aprovechó para lanzar una crítica directa a quienes se oponen a la posibilidad de un nuevo gobierno afín a su visión política.

“Por esto no quieren que se hable de reelección, pero también quieren impedir otro Gobierno progresista y rompen la ley y los principios democráticos para impedirlo. Le podemos ganar a la oligarquía y las mafias, otra vez. Depende del pueblo”, escribió el presidente, dejando entrever que, aunque no lo afirme explícitamente, la reelección sigue siendo una opción en su imaginario político.

Por esto no quieren que se hable de reelección, pero tambien quieren impedir otro gobierno progresista y rompen la ley y los principios democráticos para impedirlo.

Le podemos ganar a la oligarquía y las mafias, otra vez. Depende del pueblo. pic.twitter.com/LtDpnuQKPS

— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 28, 2025

La alusión al tema no es nueva. En una reciente visita a Soledad (Atlántico), Petro aseguró que el excanciller Álvaro Leyva le habría sugerido caminos para buscar la reelección. El presidente, lejos de rechazar la idea, hizo énfasis en que, si volviera al poder, sería por “una revolución del pueblo”. Pero su discurso no cerró la puerta a esa posibilidad: más bien la dejó entreabierta, sugiriendo que el impulso popular puede torcer incluso lo que establece la carta política.

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El llamado a una “revolución del pueblo” como justificación para desobedecer el orden legal vigente no es solo un discurso político, es una advertencia de lo que podría venir si no se hace una defensa firme de las reglas de juego democráticas.

De esta manera, a los cuestionamientos por sus reformas estructurales en materia de salud, pensiones y trabajo, se suman dudas sobre el compromiso del presidente con los límites del poder que establece la ley.