El egocentrismo de Petro, parte fundamental en sus discursos según análisis de IA
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- Publicado en Ene 07, 2025
- Nacionales
Un análisis exhaustivo de la Silla Vacía sobre los 600 discursos pronunciados por Gustavo Petro desde su asunción a la presidencia en 2022, pone de manifiesto un patrón marcado por su egocentrismo discursivo.
Petro se convierte, con frecuencia, en el protagonista central de sus intervenciones, no solo al hablar de su gestión o de sus logros, sino también al mencionarse a sí mismo de manera constante, incluso en tercera persona. Frases como «quieren acabar con Petro» o «uy, qué bruto Petro, dicen» son frecuentes, revelando una clara tendencia del presidente a referirse a sí mismo como un eje central en su discurso político.
Además, este egocentrismo no se limita solo a sus discursos sobre su gobierno. Petro también recurre con frecuencia a figuras históricas como Simón Bolívar, en un intento por alinear su visión con la de uno de los más grandes próceres de la independencia de América Latina. Sin embargo, esta referencia a Bolívar, más allá de un ejercicio histórico, parece ser utilizada para legitimar sus propias decisiones, como cuando cita: «Las armas no son contra el pueblo», para reforzar su postura sobre el uso de la fuerza estatal.
Por otro lado, las menciones a expresidentes como Iván Duque, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, aunque en tono crítico, no hacen más que continuar el foco en sí mismo. Petro utiliza a estos exmandatarios como un espejo del pasado que, de alguna manera, justifica su presente y sus discursos, como si su gobierno y su figura estuvieran, en última instancia, destinados a corregir los errores del pasado reciente.
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Un aspecto que refuerza esta idea de egocentrismo discursivo es la aparición de figuras como Adolf Hitler, no para reflexionar sobre la historia, sino como una forma de presentar a sus críticos como los villanos de su propia narrativa. Petro se presenta como el defensor de la humanidad y la justicia, frente a una oposición que, según él, se asemeja a los terribles regímenes autoritarios del pasado.
Este patrón de poner su figura como el centro de todas las discusiones no solo refleja un estilo de oratoria centrado en el «yo», sino también un egocentrismo que se extiende más allá de la política, involucrando a la historia y la crítica como partes de un escenario donde él siempre ocupa el rol principal.