El nuevo obispo de Granada es el primer nombramiento del Papa León XIV para Colombia

El Papa León XIV nombró como nuevo obispo de la Diócesis de Granada (Meta) al padre Jorge Enrique Malpica Bejarano, sacerdote perteneciente al clero de la Diócesis de Zipaquirá.

La designación llega tras una larga espera por parte de monseñor José Figueroa Gómez, quien desde octubre de 2002 venía guiando a esta comunidad eclesial y había presentado su renuncia al cumplir los 75 años, conforme lo establece el Código de Derecho Canónico.

El padre Malpica Bejarano, nacido el 2 de agosto de 1967 en Gachetá (Cundinamarca), fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1993. Realizó su formación filosófica y teológica en el Seminario Mayor San José de Zipaquirá, y a lo largo de más de una década ha estado comprometido con la formación de nuevos presbíteros, desempeñándose como director y formador en esa misma casa de estudios.

Su trayectoria académica incluye una licenciatura en Teología por la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, estudios en espiritualidad y formación sacerdotal en el ITEPAL del CELAM, una licenciatura en Filosofía Sistemática en la Universidad Gregoriana de Roma y un diplomado en Derecho Canónico también en la Javeriana.

A lo largo de su vida pastoral ha ejercido como vicario parroquial en Ubaté y Villapinzón, párroco en Villagómez, formador y director de estudios del Seminario Mayor San José, así como ecónomo y miembro del Consejo Económico Diocesano. En años recientes fue párroco en Chocontá, arcipreste del Espíritu Santo y miembro de distintos órganos de gobierno pastoral y administrativo.

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Hasta la fecha de su nombramiento, se venía desempeñando como párroco de Nuestra Señora de la Salud en Chía y vicario episcopal de la Zona Pastoral Jesucristo Sacerdote, responsabilidades que evidencian su cercanía con las comunidades y su experiencia en el acompañamiento espiritual y administrativo.

La comunidad católica del Meta se prepara para recibir al nuevo obispo, quien tendrá la tarea de continuar la misión pastoral en esta región del país, tras más de dos décadas de servicio episcopal de monseñor Figueroa Gómez.