Lunes, 28 de abril de 2025

“No hay arrepentimiento visible”: perfil psicológico del joven que mató a sus padres

Un criminólogo y psicólogo forense analizó el caso de Juan David Perdomo, el confeso parricida que conmociona al país entero.


El crimen cometido por Juan David Perdomo Wehdeking, de 22 años, sigue generando conmoción en Villavicencio y en el país. No solo por la brutalidad con la que fueron asesinados sus padres, José Luis Perdomo Hernández y Sonia Wehdeking Baños, sino también por los rasgos psicológicos que empiezan a perfilar al joven confeso de parricidio.

Durante las audiencias, el criminólogo y psicólogo forense Belisario Valbuena describió a Juan David como un joven con una profunda desconexión emocional. “Es poco y nada expresivo en sus reacciones, se le observa al momento de la captura, donde él toma esa situación como cualquier otra, no hay ningún tipo de reacción adversa ni de sorpresa”, explicó el especialista.

Esta frialdad quedó en evidencia desde los primeros minutos de su detención en Bogotá, tras haber huido de Villavicencio luego de asesinar a sus padres con un arma cortopunzante. El juez del caso calificó el crimen como un acto de “sevicia” y reveló que el arma blanca “resultó partida de tantas y tantas sistemáticas linchaciones en los cuerpos de sus padres”.

Para el experto que intervino en el proceso, lo más perturbador del comportamiento de Juan David es lo que en psicología se conoce como alexitimia.

“Se está hablando de alguien con una desconexión emocional inmensa, con tal vez un posible trastorno de integración afectiva. Técnicamente, se le conoce como alexitimia, es decir, una expresión emocional nula, una ausencia de un arrepentimiento visible, un afecto aparentemente plano, un lenguaje emocional pobre, un razonamiento frío concreto”.

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El análisis también dejó ver que Juan David habría crecido en un entorno de límites poco claros dentro de su familia, lo que pudo haber influido en su conducta violenta. “Cuando esa vinculación emocional no se logra, entonces muchos de estos hijos resultan ser hijos tiranos con sus padres, resultan ser maltratadores, desobedientes y resultan no reconocer límites”, señaló el especialista.

Además, explicó que en algunos contextos familiares “no se respetan las autonomías, donde no hay diferenciación de padre e hijo, sino que a veces es tratado como si incluso fuera su pareja, como si fuera alguien de su pertenencia. No hay límites claros y eso también influye en la manera en que se piensa y siente”.

El caso de Juan David, admitió el experto, es poco común. De hecho, advirtió que este tipo de hechos “no son comunes” y por eso mismo resultan “tan perturbadores”.