Sábado, 25 de enero de 2025
Foto: Elkin Martínez | Opinión: Retos de salud mental en el post-COVID

Retos de salud mental en el post-COVID

  • Elkin Martínez Baquero
  • Publicado en Oct 06, 2024
  • Opinión
La creciente preocupación de la ciudadanía por la salud mental ha transformado radicalmente la agenda pública. Impulsados por la crisis sanitaria, los ciudadanos han exigido a los gobiernos y a las instituciones una mayor atención a los problemas asociados y la promoción de acciones efectivas para garantizar el bienestar mental de la población


La salud mental ha venido ganando espacios en la agenda pública nacional y local en los últimos años; la pandemia facilitó una explosión de aumentos en los casos de diferentes fenómenos como el suicidio, la violencia intrafamiliar contra las mujeres, las dificultades de los niños a la adaptación escolar, primero en medio de la virtualidad y luego al regresar a las aulas a interactuar con sus compañeros/as. Así mismo, también se acrecentó la importancia que las ciudadanías otorgaron a la salud mental y por ende las exigencias que se hacen frente a los actores institucionales que se ven inmersos en la prevención de los problemas asociados y la promoción de buenas condiciones de salud mental.

¿Y el comercio?

Actualmente la crisis producida por la pandemia se ha venido solventando en los diferentes frentes -económico, académico, social, y salud, entre otros – sin embargo, el tránsito por la pandemia y sus efectos debe conminarnos a profundizar las acciones y las reformas suficientes para mejorar las condiciones de salud mental de la población. Ya vimos la real dimensión del problema cuando se cae el “velo de lo cotidiano”, no podemos solamente girar la esquina y bajar la guardia.

Por eso, si bien el problema es mucho más complejo y profundo al alcance de esta columna, me gustaría dejar los que considero son los principales retos para las instituciones y el Estado en el futuro inmediato respecto a la salud mental, iniciando por la necesidad de (a)normalizar la violencia de las interacciones humanas: el acoso escolar, las relaciones de pareja con roles inequitativos, el maltrato físico y psicológico, el abuso de padres/madres a hijos, son apenas unos ejemplos de la envergadura titánica de la tarea en este sentido. Con un aliciente: las nuevas generaciones son cada vez menos permisivas con la violencia. El Estado debe aquí entonces formular estrategias tanto pedagógicas como correctivas para desescalar la violencia como una forma tolerada de relacionamiento.

Así mismo, es necesario romper con las barreras de acceso y permanencia a los servicios de salud mental para los ciudadanos: se debe dejar de considerar como una especialidad al interior del sistema de salud y permitirle ser un servicio primario como lo son hoy la medicina general y la odontología; garantizar que los seguimientos y los medicamentos psiquiátricos no se den cada 2 o 3 meses, sino que se garantice el acceso de los usuarios con oportunidad y eficiencia a los mismos. Por este mismo camino es importante que se vigoricen estrategias para que se disminuyan el estigma sobre la atención en salud mental: las líneas de atención u orientación 24/7, escenarios de orientación comunitarios, funcionarios capacitados en rutas de atención psicosocial humanizada y fortalecimiento de las capacidades de los padres/madres para comprender las realidades disímiles de sus hijos son algunas de las estrategias que han demostrado beneficios para acercar a las personas a los servicios de salud mental.

Finalmente, considero se deben seguir abriendo espacios de conversación, reflexión y discusión sobre la salud mental en todos los ámbitos institucionales como las escuelas, universidades, entidades e instituciones públicas y privadas, barrios y demás. Esto último no disminuirá ninguno de los indicadores de salud mental, pero si seguirá abriendo el camino para una sociedad mucho más consciente de la importancia de la salud mental y la necesidad de trabajar en ella. Una frase utilizada ampliamente por los psicólogos-que suena a cliché- reza que el primer paso para resolver un problema es aceptarlo. Y necesitamos seguir avanzando en aceptar la salud mental como una necesidad imperante de nuestra sociedad y nuestros tiempos.