Dos invasiones fueron desmontadas, una banda organizada es quien gestiona estas acciones.
La mujer tendría bajo su mando por lo menos a 40 personas, encargadas de la distribución de estupefacientes en los barrios Gaitán, San Marcos y Porvenir.
Los estafadores habrían recibido más de $252 millones de manos de al menos 35 víctimas.
La responsable aceptó cargos por el delito de estafa agravada y fue cobijada con detención preventiva en su domicilio.
Los encargados de amenazar a los lugareños para que dejaran sus tierras, pertenecían a la red sicarial del Clan del Golfo.