Viernes, 18 de julio de 2025

Columna de Opinión por Fernando Betancourt Duran
Columna de Opinión por Fernando Betancourt Duran

¡Ah, el «Manguito 2.0» y el arte del olvido conveniente!

  • Fernando Betancourt
  • Publicado en Jul 02, 2025
  • Opinión
El "Manguito 2.0" recordó “supuestas advertencias” de “hace un año”, pero olvidó mencionar que fueron hace tres, ¡en el desgobierno de su auspiciador! La memoria selectiva es el pan de cada día en el circo político.


Uno no sabe si reír o llorar con las joyas que nos deja la política local. Resulta que el célebre «Manguito 2.0» —ese malabarista del discurso que siempre encuentra una red para sostenerse— apareció en un video con la más genuina preocupación por el colapso del acceso al puente de Villa Julia. Con voz de profeta, nos recordó que hace más de un año un ingeniero ya había advertido los daños en el puente de Caño Parrado. ¡Qué visión!

«Las cosas hay que decirlas como son»

Pero, claro, en su afán por iluminarnos, al «Manguito 2.0» se le escapó un pequeño detalle de la ‘gran obra’. Un insignificante pormenor: que la advertencia no fue hace uno, ni dos, sino ¡tres! Sí, hace tres años que fueron las alertas, justo en el glorioso «desgobierno» de su principal auspiciador. Ese mismo que, con el pecho inflado de orgullo, se jactó de dejarle «grandes obras» a la ciudad. Piense por un momento en el Parque Metropolitano, o el Centro de Bienestar Animal —esta última a la que, para llegar, uno necesitaría un helicóptero, porque vías, lo que se dice vías, no hay—.

José Manuel Sandoval, el ‘Manguito 2.0’ del Meta

En la euforia de la «gran obra», convenientemente se pasaron por alto una serie de advertencias sobre el puente Caño Parrado en el sector del Villa Julia. Es más, hasta se contrató un mantenimiento con estudios tan obsoletos que parecían sacados de un pergamino antiguo. Para ser exactos, el 3 de febrero de 2022, la Secretaría de Infraestructura a cargo de otro malabarista y la dirección de obras civiles hicieron un estudio previo para el «Mantenimiento y obras de protección del puente Villa Julia», basado en diseños ¡de 2020! Un par de añitos de desfase, ¿qué podría salir mal?

Pues, lo que salió mal es que cuando finalmente firmaron el contrato el 16 de septiembre de 2022 por la módica suma de $242 millones, se dieron cuenta de que los estudios no servían para nada. ¡Sorpresa! Los diseños estaban tan desactualizados que el presupuesto se disparó un 89%. Es decir, esos «diseños» con los que el “auspiciador” contrató el mantenimiento del puente de Villa Julia eran tan útiles como un cenicero en una motocicleta.

Y para rematar la faena, dos días antes de que el «desgobierno del auspiciador» se esfumara —el 29 de diciembre de 2023—, liquidaron el contrato de mantenimiento sin haber movido un solo ladrillo. El auspiciador se fue, y el puente, sin mantenimiento alguno, quedó a la deriva.

Pero no se preocupe, ahí estaba el «Manguito 2.0», con su memoria selectiva, para recordarnos que la advertencia había sido «un año atrás». Un pequeño despiste, pues la realidad es que no fue hace uno, ni dos, sino hace ¡tres! años cuando se advirtió lo que, inevitablemente, ocurrió la mañana del 1 de julio en Villavicencio.

En fin, si la política se ha convertido en el arte del oportunismo y la tergiversación, ¿qué más se puede esperar de un «Manguito 2.0»? Los malabaristas, al final, siempre buscan la red que los sostenga.