Por lo pronto, la entidad queda en manos de la Junta Directiva que sesiona en Bogotá en la sede de la Superintendencia de Industria y Comercio.
Tras los chequeos del cerco epidemiológico que emprendió la entidad, fueron enviados cuatro funcionarios a la casa como medida preventiva y todos están bien de salud.
La junta directiva de la CCV sesionará por ahora en Bogotá en la sede de la Súper, que se encargará de las convocatorias.
Ahora él deberá lidiar con la profunda crisis económica y de crédibilidad, en la que sus antecesores han sumergido a la entidad.
Según la entidad, Mauricio Vega López venía haciendo bien su trabajo.